Una mirada a la evolución de la cumbia en la Sultana del Norte, desde sus raíces tropicales hasta su identidad urbana y rebajada.
La cumbia llegó a México desde Colombia en los años 40 y 50, pero fue en Monterrey, Nuevo León, donde tomó una identidad propia a partir de los años 70 y 80. En esta región, la cumbia se mezcló con estilos regionales como el norteño y la música grupera, dando origen a la cumbia norteña, caracterizada por el uso del acordeón, el bajo eléctrico, la batería y un ritmo más marcado y bailable.
Uno de los pioneros en esta fusión fue Rigo Tovar, originario de Tamaulipas, pero con gran influencia en Monterrey. Más adelante, agrupaciones como Los Barón de Apodaca, Grupo Bronco, Los Tigrillos, Grupo Toppaz, Liberación y Los Vallenatos de la Cumbia popularizaron este estilo, integrando letras románticas, bailables y melodías pegajosas.
Durante los años 90 y 2000, Monterrey vivió un auge de esta cumbia modernizada, conocida como "cumbia rebajada", una versión más lenta del ritmo que surgió en los barrios populares, especialmente entre los cholos y la banda. Este subgénero se volvió parte del paisaje urbano y cultural, al punto de convertirse en un símbolo de identidad local.
Hoy en día, la cumbia norteña sigue viva en Monterrey, adaptándose a nuevas generaciones con fusiones electrónicas y colaboraciones con artistas urbanos, pero conservando su esencia regional y bailable.